Según publicara La Nación, «la última actividad semanal de Cristina Kirchner fue reunirse con Amado Boudou en su despacho de la Casa Rosada. Sucedió anteayer por la mañana, tras lo cual la Presidenta viajó a El Calafate. El ministro de Economía y vicepresidente electo le llevó carpetas, informes y diversas propuestas alternativas con posibles medidas para frenar la ola de retiros de depósitos en dólares del sistema financiero . La primera mandataria se los llevó al Sur.
«Ella analizará todo durante el fin de semana en El Calafate. Es un problema que genera mucha preocupación», confirmó ayer a La Nacion un funcionario del equipo presidencial.
«No se sabe qué. Pero podría haber más medidas la semana que viene: no con grandes anuncios, sino con disposiciones que salen en el Boletín Oficial», agregó.
Esas decisiones procurarían que se vaya licuando con los días el nerviosismo en el mercado cambiario y en los ahorristas. Pero no se dará marcha atrás en los fuertes controles cambiarios oficiales.
La crisis de confianza que se desató tras las restricciones de la AFIP y del Banco Central para la compra de dólares y el dólar paralelo a 5 pesos empujó a los ahorristas a retirar sus depósitos en esa moneda por unos 1300 a 1500 millones de dólares en las últimas dos semanas, según estiman en los bancos.
En medio del nerviosismo, en esa misma reunión, la Presidenta le ordenó a Boudou que se hiciera cargo de la operación para calmar a los ahorristas. La misión no fue necesariamente un halago para su ministro. Se produjo en medio de tensiones y reproches.
ENOJO PRESIDENCIAL
Según confiaron a La Nacion fuentes oficiales, la Presidenta le recriminó a Boudou toda la semana lo que muchos kirchneristas le atribuyen al ministro: haber hecho trascender a la prensa que él siempre rechazó los controles cambiarios de la AFIP y del Central.
Boudou defendió públicamente esas medidas porque fue obligado. Pero tomó distancia de ellas entre los banqueros, economistas y algún sector de la prensa.
También le recriminaron otras supuestas infidencias, como el presunto enojo de la jefa del Estado con la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó Del Pont. Esos trascendidos periodísticos enfurecieron a Cristina Kirchner.
También le atribuyeron a Boudou en la Casa Rosada haber ventilado una hipotética bendición de Cristina Kirchner hacia él mismo como el delfín para 2015. En medio de estas tensiones, Cristina Kirchner le encomendó anteayer a su ministro que coordinara con Marcó Del Pont dos decisiones racionales dirigidas a descomprimir el mercado.
La primera fue difundir que el retiro de depósitos en dólares de los bancos en la semana del 31 de octubre al 4 de noviembre fue de 652 millones de dólares. La segunda fue una resolución del BCRA para poner a disposición de los bancos 5000 millones de dólares de las reservas, lo cual garantizará dólares al que los requiera.
Si los ahorristas perciben que están los dólares, un paso posterior podría ser continuar lo que ocurrió en la semana: la depreciación administrada y paulatina del tipo de cambio oficial, hoy a 4,29 pesos por dólar, para encarecer un producto hoy barato y desalentar así la demanda de esa moneda.
El malestar oficial había llegado a un pico el jueves pasado, cuando Cristina Kirchner convocó a Olivos a Boudou, Marcó Del Pont; al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray , y al secretario de Comercio, Guillermo Moreno. La Presidenta les expresó allí molestias por las «desprolijidades» de Moreno y de Echegaray al instrumentar medidas, cuyo espíritu todos los kirchneristas les atribuyen a esos dos funcionarios.
«Fue una reunión de muchos reproches cruzados», se dijo.
Ese mal clima demoró por ahora el recorte de subsidios anunciado hace diez días y congeló el diseño de un diálogo reservado entre el Gobierno, los empresarios y los sindicatos para acordar el año próximo la moderación de precios y salarios».
Fuente: El Tribuno de Salta