Un joven salteño llegó a su trabajo esta mañana, y como lo hace todos los días ató su bicicleta a un poste cercano a la puerta del domicilio. Cuando regresó a buscar la movilidad se dio cuenta de lo sucedido.
Un grupo de trabajadores pintaron los postes de alumbrado público de la zona, y de paso pintaron su bici.
“No me dijeron nada”, dijo el damnificado a LA GACETA y relató que los operarios pintaron todo el candado de seguridad y distintas partes del rodado.
Semanas atrás un funcionario municipal quedó sorprendido por un cartel que posee esta bicicleta y había compartido fotografías en sus redes sociales.